Si tus letras fueran naturaleza
y tus corales aéreos existieran en mis ojos,
seguramente te haría un atuendo de clorofila
y me podría un smoking de oxígeno,
saldríamos navegando el interior de ti
y los segundos serían peces haciendo grafitis
sobre el muro de este profundo amor.
Si propusieras ser arena en el firmamento,
poder armar castillos de nubes
yo tendría mi ancla infinito clavado en un ocaso
acariciando el vientre de tu mar,
me sumergiría para escuchar las cuerdas de la tinta
tañer lirismo sobre rieles en la llanura de pulpa y agua,
en las campanas de arboles fantasmas haciendo coro con la historia.
La sangre vacía surcando el camino a la distancia,
provocando el estallar de nuestras salivas sobre las raíces
de los negados besos.
y allí donde se siembra mis manos en un rezo,
se alza mi plegaria en los puntos cardinales de tu cruz,
partiendo de la cima de tu belleza, hasta capitular
en la frontera donde empieza tus pies y termina el suelo.
¡ Esa que sostiene el esqueleto en péndulo con el universo!.
Allí donde se parte el libro con la frase de fúlgido albor
y la hoja se licua rezumando los gritos de la palabra,
donde se desespera el papel y teatralizan las plumas,
en el mismo momento del ansia, en el instante del tatuaje eterno,
quisiera ser el papiro donde se ablande mi hado de hierro,
dejarte mi piel en blanco y la reja con la que ara tu pluma
me forme los surcos dispuestos como boca de novia
a la siembra del ensueño que florecerá como vasta
cosecha sobre la mandíbula de la tierra.
Ni todo el bagaje del tiempo hecho jugo de historia,
ni la clarividencia natural de saber que después de un atardecer
se marchita la luz y florecen los cometas.
Ni el alado espíritu de los satélites que parodian búhos,
nocturnos y solitarios rodeados de luciérnagas ebrias
de espesa bruma oscura, acechadas por la sospecha
de un amanecer prematuro con lanzas de arcoíris y rocío,
ni nada parecido, sabrá la magnitud de mi latido.
Porque puedo predecir que habrá letras, puedo intuir la tala
del silencio cubrirse de palabras, puedo afirmar que existirán
poemas empalados en el cauce del tiempo que desdoblen almas,
y extraigan muestras de lágrimas para pesar el dolor.
Pero nada es igual a ese instante en que estalla tu inspiración
y mi deseo de leer tu interior, como un arqueólogo que desentierra
de ti todo lo que no quieres expresar cuando en realidad lo describes,
y me siento feliz del suero de tu obra, de la oliva que en aceite
me da sabor, y siento que eres mía y del mundo…
ellos te aprecian pero yo te secuestro,
ellos te admiran, pero yo te robo,
no me resigno a que seas igual y me resigno a no tenerte,
pero el tótem, el altar se magnifica y se hace neutro,
entonces llega la calma de saber que eres arte para mi,
y yo soy parte de un eterno universo, un grano del vidrio descompuesto
donde se mira Dios y entonces …también ve tu reflejo.
¡Gracias por tu divina POESIA!