(Dedicado a mi amiga Herenia, en sus Bodas de Plata)
Amanece temprano y contrario a la costumbre
En vez de afanarme en el trajín de la casa
Dispongo un momento para contemplarte
En la quietud y el silencio de un nuevo amanecer a tu lado.
Así como estás, tendido en la cama
Todavía al plácido sueño rendido
Te miro veinticinco después y aún me sorprendo
Y me postro ante Dios generoso conmigo.
Recuerdo en un flashback los años vividos
Los primeros encuentros, momentos compartidos
!Qué hermoso!, !qué suerte digo yo!
Enamorarnos tu y yo, precisamente, los mejores amigos.
Qué puedo decir si has sido todo
Lo que siempre quise, quiero y querré
mil dificultades, mil tropiezos y no hemos sucumbido
porque el amor que nos une es tan sólido como roble fino.
Reconozco que lo que a mí me tocó
En la lotería de maridos
Fue el premio grande pues he visto y oído
Como dicen por ahí las que menos suerte han tenido.
Que el matrimonio es tamal bien tapado
Reza el dicho popular y no me extraña
Pero más creo que depende
De la astucia al comérselo, con sus ingredientes y mañas.
Y es así como no me quejo y bendigo a Dios
Por el regalo de tenerte
Hombre bueno, fiel amigo, excelente padre y el mejor amor y amante
Qué más puedo pedir?
Sólo que Dios siempre te guarde…para mí
Y que sigan siempre los años por delante
Con el mismo hombre ante mí,
El que amo, respeto y aprecio por lo que vale
A ti esposo mío, mi cielo y mi vida,
Veinticinco después, ¡no te cambio por nadie!
Un beso mío te despierte mi amor
Es temprano todavía, y enredados en sábanas en nuestro lecho de amor
Sigamos tejiendo sueños y desatando pasión
Vivamos este momento mágico, solos, tú y yo.