El fuego de tu mirar me cautiva,
Y tu sonrisa es delirio fugaz,
Tu cuerpo son las llamas que me avivan,
Tu voz el final de mi soledad.
Tus manos serán mi pura agua viva,
Tus ojos mi guía en estas tinieblas,
Tu pecho es en mí una dulce honda herida,
Tus labios son mi barquita perdida.
Eres tú lo único que amo, amo y amo,
La única que ha calado en este pecho,
Eres como un amanecer perlado,
Eres la mar descansando en mi lecho.
Te comparo con una rosa herida,
Una rosa de la que me enamore,
Una bella flor beso de la vida,
Una rosa tan hermosa que amare.
Misterio de la noche eres mí bien,
Mágica y nostálgica en un adiós,
Eres alma encarnada de mí ser,
El amor mío, ha nacido de dos.
Susurras placeres por da mi piel,
Eres cáliz de mi copa mundana,
Mi suave y dulce beso de miel,
Tan placida y cálida en la mañana.
Me siento solo si poco te siento,
Tu abrazo que me cobije de a poco,
Abarcas cada loco pensamiento,
Nublas mi razón, y me vuelvo loco.
Amada mía te extraño y aquí estas,
Te entrego en silencio mi ágil amor,
Te doy mis labios, mi risa, mi paz,
Llévate lo que me cause dolor.
Dame esa inhóspita flor, mi calor,
Regálame esa rosa que eres tú,
Para regarla con toda pasión,
Anegada como agua de virtud…
Fugaz, la única para mi, eres tú.