Me da pena mirar como desperdicias tu vida, mirar lo que haces de ella mientras te revuelcas en el último escalón que tenías que subir para ser diferente.
Ni eso, ni eso...simplemente, me da pena porque sé que mientras tú la desperdicias yo la desperdicio a tu lado, sintiendo pena por ti, por tus causas perdidas que nunca fueron causas sino pretextos para patearte una y otra vez sin motivo..
Já, es que cuando uno tiene tantos motivos llega a creer que es cuestión de suerte el estar así de rotos por nada, y la nada es un laberinto de emociones, un sube y baja temiendo a la tierra en nuestros labios que se retuercen como gusanos en esa droga maldita que nos duerme para no sentir que estamos soñando...
Te amo mi poeta, te amo sin amor, pero te amo, y daría un año de banalidad existencial a cambio de tocar tu frente que vuela en el piso de tu vómito con sabor a guerras desmayadas.
Me da pena mirarte desde lejos y saber que sufres dentro de ese demonio, porque es mi demonio también. El demonio del desamor se sabe sus caras.
Por qué no nos junta y ya?