Te regalo un instante de silencio
para que escuches el grito de tu alma
que se ahoga en el mar de las ciudades
y entre la gente solo encuentra soledades.
Mientras matas otro día muy movido
de mandarle mil mensajes a los amigos
si mañana terminara tu recorrido
me pregunto cuanto tiempo has vivido.
Soy tu alma y conozco los latidos
de tu corazón que vive entre dormido,
esquivando mirarse a si mismo
por temor a encontrarse vacío.
A los templos de parque Nara
en silencio fui en busca de respuestas,
bajo la luz de tres mil linternas en Todaiji
me contaron que el alma del hombre esta muerta