vivalavida

Las horas muertas

Las horas muertas sabían a helado de limón.

Las cicatrices de un alma que nacía se curaban con canciones de cuna.

Las horas muertas olían a azul piscina.

Las páginas en blanco que escribían nuestro futuro, volaban con furia y casi con inocencia.

Las horas muertas eran redondas y rechonchas.

Los besos que se escapaban en suspiros locuaces se quedaban en las horas muertas.

El azúcar,la sal y el veneno, aderezaban el cemento que pisabamos, y que abrázabamos con delectación.

Las horas muertas parecen resucitar en cada tarde de verano.

¿Amanecerá alguna vez con tanto calor el sol?