(Colonia Managua, Julio de 1979)
Siento el viento golpear mi cara
y siento que el viento es mío.
Veo la claridad del camino
y las sombras de los árboles en una noche de luna.
Y siento que la luna, el camino y las sombras
de los árboles son míos.
Y el frío y el miedo de los niños en la noche.
Y me siento niño y me siento hombre.
Y veo el mañana y pisoteo el pasado de sudor y sangre.
Escucho el silencio que grita ¡LIBERTAD!
Y mi alma y la esperanza que renacen.
Y siento que la historia es el pueblo
y la historia forja el camino.
Donde caminarán mis hermanos,
donde caminarán los niños,
la futura Patria y esperanza de Nicaragua.