Sara (Bar literario)

Cloutier ( un gato que aprendiĆ³ a ser gato)

Le gusta esconderse en la mirada de un cuervo

 debajo de los pies de un tranvía

colgar en un puente y dibujar su esqueleto

en la muerte cosmonauta  de la autopista...

 

Ya no me mira como antes

con la intención de bautizarme con nombre de ratón

y vida de servicio, a la causa suya, de tener bigotes.

 

Se pierde quién sabe dónde

viene cubierto de ramitas, con pedazos de sueños trizados en hojitas

y ondula el rabo como erigiendo una bandera

en la conquista autodidacta de saberlo todo y aglutinarlo,

en la silenciosa pirámide de su ombligo faraónico.

 

Mis manos se encuentran con su lomo y,

ay de mí !

su cariño es una garra creando  acertijos

 a sus pupilas me adiestro, soy la sombra aleatoria de un niño

pero un gato no es un niño

es un gato disfrazado de gato y cuidado con nombrarlo como dios diferente.

 

La noche es una verdad para aborrecer

el gato es una noche que nunca es verdad;

son siete las esfinges danzando en sus pupilas

y una soledad para circundar altivo

a la finitud letal de su inmortal designio

 

Oh,  gato

debo decirlo

la curiosidad es el señuelo

para saberse infinitamente, vivo.