unahuellaenelinfinito

Amor mío

Quisiera mirarte los ojos, sentir tus manos en mis mejillas, acompañados, del calor de tu ciudad o del invierno de la mía. Tú y yo al borde del caos de la vida. De lo inevitable.

Que suceda lo inevitable, que nos adhiera en el musgo de las calles, en el silencio de toda palabra rota, en la luz de una mosca muerta. En la mermelada regándose de tu boca mientras mi lengua te explora la piel de serpiente desprendiéndose por la distancia.

El deseo de amarte me duele, el deseo de hacer el amor en tus labios, de hacer del amor la única posibilidad que nos separe, porque el amor determina que dos personas, alejadas desde siempre, se separen. Nada que valga la pena, es un camino lineal. 

Por eso a los dos nos quiero, destrozados en cada bifurcación, yendo muchas veces por caminos diferentes, sedientos de ausencia en la lujuria de una esquina. Llorar en la compañía de una mano que cae en la tarde, y que no es la tuya, ni es la mía.

 

Te quiero mi Ceniciento...