¿Recordás cuando hicimos el amor dentro de nuestro abrazo? Fabuloso reencuentro. Sin pretenderlo superamos la comunión de antes, de siempre. Vos debías seguir. Yo tenía que doblar.
Amalgama eterna entre dos personas que no pueden instaurar un pacto. Pero el sentimiento supremo va más allá del tiempo. Y en cada reencuentro, cada uno o dos años, nos fundimos en ese abrazo intenso.
Hoy amanecí conmovida. Algo hay dentro de mí. Sin dudas tiene que ver con algo que vos me dejaste alguna vez.
Felicidad y emoción. De algo estoy segura: A partir de unos meses podré sostener un Pacto Eterno.