Me siento como saeta en el aire,
afilada palabra que tachona dianas.
Soy el tallo que doblega el viento,
la mano firme que acentúa el orgullo.
No hay regocijo en la balada,
tampoco renta la desdicha,
sigo siendo la flecha que vuela,
punzante sujeto que sondea tu alegría.
Sigo siendo esa saeta que ribetea
palabras para provocar tus sonrisas,
ese sujeto que mueve aire, mar y tierra
cuando el sollozo aflora en tu ventana.
No mendigo méritos en el vacío,
no resulto sueños en los que no creo,
soy tallo que doblega el viento,
tronco de orgullo y nómada de pensamiento.