Me saco de encima las tempestades,
mando a la mierda todos los males,
te veo a los ojos y me emborracho
de lo bueno de tus favores.
Prendido de las botellas de la ironía;
lujurioso, sediento, maldito y malherido,
sin consuelos al por mayor;
tomo a las putas de inspiración.
Desasosiego y derroches
de amores falsos y sin dolores,
del alquitrán que se anida en mis pulmones,
de una vida sin reproches.
El callejón por el que camino
está oscuro y frío
¿Y que más da si me pierdo?
¿Y que más da con mi hastío?
Hoy no me importa usted, ni yo, ni nadie,
hoy no me importa la vida, la historia,
hoy me emborracho de los placeres
que guarda la calle en sus almacenes.
Voy de amor en mentira,
de mentira de amor
a verdades malditas,
dejando sangre por las heridas.
Los males me han quitado
los vicios y las necedades
-Que inmaduro, que desperdiciado-
¿Y que le importa? Son mis pecados.