…Y te perdiste en mi fuego
y te prendiste en mis leños
y se acabaron… en sueños
y yo me quemé en recuerdos.
Y esa fogata encendida,
que da calor a mi cuerpo
es la luz, que día a día,
ilumina mi sendero
de tenerte y no tenerte
en cercanías… o lejos,
de encontrarte y de perderte
y descubrirte de nuevo.
Eres mi río y mi vida,
eres mi mar y mi cielo
y eres estrella que brilla
y me ilumina por dentro.
¡Ven a mí, amada mía!
que ya ha llegado el momento
para unirnos de por vida
y de vivir nuestro sueño,
sin distancias que separen,
sin nostalgias, ni recuerdos,
donde este amor, que es tan grande
se inmortalice entre besos.
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