Prematuramente,
presuroso,
se despide el verano
con fresco soplo...
Atrás quedaron
los verdes prados,
las tardes estivales,
los cielos diáfanos...
El precoz e intespectivo
inicio de clases,
parece sumarse
al fin del estío...
Las hojas,
se agolpan en las veredas,
se acabó la fiesta,
el deber hace su llamado...
El venteveo,
callado por la mañana,
nos dice se terminó la jarana,
de nuevo a la faena...
El despertador, impiadoso,
nos avisa con gozo,
que es media hora
más temprano...
Los niños observan
nuestros cansados rostros,
y se preguntan...
¿llegó el otoño?