Maria mateo

LA VECINA

-Era interesante como me hablaba en portentosa jerga religiosa tratando de convencerme con su monologo de conversión a mi vida.

-¡El traerá la luz!
-¡Esa paz que necesitas!

-Pero, no me llegaban sus predicas y menos el papeleo que saco para mostrarme que \"el milagro\" había sucedido en su cuerpo gastado de pecado, la verdad, estaba exacerbada por tanta charla sin sentido que no conducían a ninguna parte y quitaban un tiempo de calidad con mi hijo.

-Un pensamiento llegó a mi mente como mana al hambriento-—no es que no creyera en el milagro, no me refería a eso, sino que ella era tan vil y despreciable ser humano que dudo que Dios se haya apiadado de su cuerpo y le diera de comer su ruda, no, es que ni aun el diablo la quería y temiendo que lo destronara de su reino... ¡se sano!