Tu lindeza sorprendente
y tus pulcros sentimientos,
son fulgores estridentes
que me arrebatan el aliento
y clarifican mi mente.
Corazón de luz disfrutas
y misticismo de ángel
que atraviesa muchas rutas.
Todo lo permutas a miel,
linda nena que me gusta.
Dios está contigo bella;
él siempre te acompañará
como la radiante estrella
que eternamente seguirá
al cielo con luz centella.
El esplendor te mereces
y la perenne abundancia,
mujer que siempre florece.
Que la Eterna Providencia
se apiade de ti por siempre.