Miro la calle y veo la gente como loca,
parecieran renacuajos buscando donde sentarse.
Están cansados de vivir, sentir amor es presagio.
Las veo anclar entre noches con barriletes volando
y también voy decantando tristes sentidos de vida.
La gente está metida en un calabozo viviente,
comprometidas con una sociedad de permuta,
de cambio y regateo sin meta alguna segura.
Hay quien quiere acostarse con el dinero infame
y los hay derechos y honrados de sangre
aguardando aquel don de ser feliz en la vida,
con la pobreza en el cuerpo y la riqueza en el alma.
Quizás aquellos se crean con un millar de derechos
Y al fin terminen con los gusanos encima
comiendo gordura y miseria.
Yo prefiero vivir para no morir nunca,
sentir la paz en mi alma y ser luchador de una,
con pudor y mesura y dignidad proclamada.
La vida es una sola y hay que darle un sentido
no es digno ser un felpudo de nadie.
Tampoco ser cambalache, cafiolo y botarate,
vivir de mujer segura y de hijos con fuerza y coraje.
Esa vida es digna de lástima, de eterna ignorancia del alma.
Ser parásito de otro es la vergüenza de un hombre.
CARLOS A. BADARACCO
28/2/13
(DERECHOS RESERVADOS)