Me despierto antes de las 4 am.
Con un té me acomodo en mi escritorio.
Papel y lápiz.
Brotan sensaciones, emociones, ideas.
Me encanta jugar con las palabras de madrugada.
Las combino y surgen versos.
Algunas noches no resultan prolíficas, pero lo intento.
Y me baño en la tibia espuma del verbo.
Cerca de las 6am me recuesto.
Feliz, recuerdo lo plasmado.
Si el papel quedó en blanco es en ese instante cuando se esboza una oda
Apunto, registro.
Me duermo y sueño.
Y antes de las 9 me elevo impregnada en los nuevos versos.