El ojo inaugural que divide
la faz de cemento
a su antojo
va describiendo lo usual
con propio matiz
.
desatiende a la verdad
por no ser
algo unánime
sólo crea versiones sencillas
para el vehículo
que lo transporta mientras
tose y se persigna
.
todo mundo entrevé
la dualidad ineludible
separando así
el tono dramático
de la condición efímera
pues
cuando el uno registra
hay un dos que hace cuentas...
ambos componen el hábitat
donde suceder