Tu boca es una cascada
de donde fluyen mil besos
y esa miel azucarada
me espeluzna todo el cuerpo.
Tus ojos de brasas encendidas
me queman con solo mirarme
y de forma sutil y repentina
vuelven el cuerpo a espeluznarme.
El susurro de tu voz melodiosa
me acaricia de repente
y con frases muy hermosas
me espeluzno nuevamente.
Tu voz, tus ojos y tu boca
son un trío consagrado
que afecta mi estructura pilosa
y me mantienen espeluznado.
Por eso no queda duda
que el tenerte cerca me afecta
porque tú me espeluznas,
de los pies a la cabeza.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero. Derechos de Propiedad Intelectual Reservados.