José Jacinto Corredor Cifuentes

ORACIÓN

 

Señor dime:

¿Por qué empalidecen los claveles

y las espinas del rosal no pinchan?

 

 

Señor dime:

¿Por qué se destiñen las mejillas,

los dientes se caen y no muerden?

 

Señor dime:

¿Por qué los niños ya  no ríen

y  no cantan las aves en la mañana?

 

Señor dime:

¿Por qué desaparecen la lozanía y el verdor

y no calcina el fuego los leños del hogar?

 

Señor dime:

¿Por qué la sal se desvirtúa y no sazona

y el agua, el terruño no fecunda?

 

¿Será Señor,

que están anonadados los espíritus

marchito y sin vida el pensamiento?

 

¿Será Señor,

que la idea de Dios se esfuma

como en el estío la bruma matinal?

 

¿Será Señor,

que está cansada el alma y agotada

añora tu presencia y compañía?

 

¡Vuelve Señor! ... ¡Vuelve Señor! ... ¡Vuelve señor!