Que tu luz no se apague
déjame uno de tus rayitos azules
yo te daré las caricias que sumes
con los besos que no te he dado
besos de un mundo arruinado
como vida que busca sentirse viva
Tú que armonizas con esta rima
y agonizas de más, respiras de menos
celosa de nunca sorprenderse en celos
la mirada que clavas en la mirada sesuda
tu perfección acabada, tu palabra ya muda
tu belleza enmarcada en el deseo barato
privas el amor, detienes a los gatos
lees y sientes, disientes y estornudas
te mojas, reviertes, y abordas en dudas
a quienes nada pregonan y nada saben
en ti el mundo, y en tu pecho caben
un callejón de la Europa en el ayer
máscara de nada, celuloide tu piel
hermosa tu vejez que a nadie debe nada
sin embargo despiertas aun esas alas
que te mantienen alto en la juventud
si marchitas tu esencia, corazón de Laúd
me verás llorando en espejos rotos
y después ni mi rastro en la cara de una foto
olvidado siempre de tu lenguaje
olvidado del recuerdo de tus filias
mis fobias que son pedirte en Esperanto
que tu luz no se apague.
Blas Roa