Hugo Emilio Ocanto

Tus manos entre las mías

Tus manos entre las mías,

las necesito.

Tengo miedos.

Tengo fobias.

Me siento deprimido.

Me siento

con muchos miedos.

Estamos viviendo ante tanta inseguridad,

tantos robos, crímenes,

muertes injustificadas.

No se puede andar

por las calles,

ya no existe la seguridad.

Tenemos que vivir

entre rejas.

No se pueden

atender los negocios

porque te asaltan,

anexados a sus etcéteras,

etcéteras, etcéteras...

Miedos, pánico

en las calles...

Tienes que tener cuidado

de quién es el

que llama a tu casa.

Puede ser un ladrón

o un asesino.

No se puede ya 

confiar en la gente.

La seguridad no existe.

Sí las cárceles...

para esos que asaltan,

matan, asesinan...

por unos pesos...

entran por una puerta,

y al poco tiempo salen...

quedan libres,

saliendo por la misma puerta

o la que está detrás...

necesito tus manos.

Únelas a las mías,

para sentirme más seguro.

Para aplacar mis temores.

Para atenuar mis miedos...

Entrégame tus manos

para que mi alma

se sienta protegida.

Hoy mi alma,

no tiene calma.

Necesito tus manos

para poder sentir

un poco de paz.

Ayúdame a tenerla.

¿quién eres?

¿quién está tendiéndome

sus manos?

¿te conozco?

Veo acercarse a mí

unas manos...

¡Son tus manos, Jesús!

Déjame agradecerte.

Siempre me acompañas.

Siempre me escuchas.

Aunque yo... no esperaba

las tuyas, Señor...

Bienvenido seas Padre Eterno.

Me postro ante ti.

Siento, siento en mis

manos las tuyas...

ellas están dándome paz.

Ellas me están

ilusionando que todo

ha de cambiar.

Nosotros debemos tratar

de considerar y amar

al prójimo...sin robar,

sin matar...

Tú no has de abandonarnos...

Quiero atreverme 

a decirte en nombre

de mis semejantes,

que trataremos de unirnos...

sin lastimarnos,

sin dañarnos...

Amándonos,

los unos a los otros...

Todos los derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto - 02/03/2013)