Fue acusado el corazón
de actuar exageradamente,
por palpitar en pecho de poeta,
perdió crédito en amor.
Seguramente habrá testigos
que le increpen procederes,
y en reclusión perpetua
sobrevendrá el final.
Se hizo largo el proceso,
y el reo, con la moral en el suelo,
declarándose culpable,
pide que dicten sentencia,
ofreciendo sus manos para los grilletes.
Lleva en su alma una pena,
de ser aprendiz de letras;
confundido con poeta.
Su amor se quedó entre rejas.