No eres un sueño,
no puedes serlo,
porque me miras,
porque te nombró,
entras en mi dolor
como una risa
y hace que se pierda la tristeza.
Mi fuerza antigua ya no será como antes,
pero mi corazón será el mismo,
y sentirá, palpitará como antes,
conversare con la muerte,
por perder todo lo que ha sido mío,
pero tendré la inmensa dicha
que tendrás que recordarme.