La santa desnudez de su embarazo la hace bella
Más bella que la aurora, más bella que la primavera
Más bella que la luna llena.
Contemplo extasiada su vientre dilatado;
sus pezones erectos, listos para amamantar la vida
Que por ahora se alimenta de la savia placentaria.
Ese cuerpo de niña embarazada
Que una vez tuve yo, dentro de mi cuerpo,
Me evoca una oración, una plegaria;
un canto a la vida;
La sonrisa de Dios estacionada en mi rostro.
Ese cuerpo de mujer preñada, es hijo de mi cuerpo.
Esa maternidad abnegada es hija de mi amor.