salgomanzano

La parra que tenía dos racimos

Había una parra con dos racimos

A la entrada

De la casa.

Dos hermosos y jugosos racimos

tan lustrosos, tan tiesos, tan llenos,

que atraían a  quienes

por allí pasaban...

Se detuvo un pregrino

-cinco años lleva

por los caminos polvorientos...-

Se detuvo, miróles:

qué ganas le entraron

de cogerlos y lamerlos

con la punta de la lengua -ardía en llamas-,

para degustar el sabor

de los dulces gajos

y empaparse del néctar

que las puntas redondas destilaban...

Se empinó: oh delicia de ambrosía

-una y otra vez los lamía,

Los mimaba,  los estrujaba, los mordía

cual nene mamando la teta de la madre-.

Cálido placer entraba en las redes

del  amor,viendo

las redondeces de las puntas

-de la parra los sarmientos y pámpanos

se estremecían...-,

y peregrino y parra se consumían

En la mutua entrega:

él, con sus manos de caricias;

ella, embobada de arrebato.

Y se fue el sol

y parra y peregrino se entregaban:

él, entre sus manos los dos racimos;

ella, extasiadamente gozosa

suavizando la punta del árbol de la vida.

Al raso de la noche estival

-estrella titilantes-.

ambos se gustaban..., entregados

al recíproco amarse:

Amor de peregrino,uva y parra.

 

(salvador)