Se que no puedo, pero te debo,
un adiòs como se paren los principios,
un remolino que te encienda el medioevo,
y un renacer de tus sentidos màs impìos.
Se que mañana, seràs la noche que recuerde
en mis entrañas, un oropel en mi poesìa,
un aluviòn de sol casi inexplicable,
y un gìròn de mariposas en mi vida.
Ardiente es la omisiòn de mi secreto,
ya no serà mirada indiscreta,
ni medias tintas en tu discurso travieso.
Ardiente es esta mano enamorada,
que quiere tocarte para quebrar
el destiempo aunque tu no digas nada.