La noche gotea en la sed del amor
Te alejas…
Las verdades pendulan extáticas en la catatonia de los seres
que hunden su ceguera, y miran las cosas, hasta darles nombre
Dentro del humo, una seña, descubre su esencia de llama.
Nos quemaremos sin haber descubierto la presencia del fuego
El hielo es el vapor de nuestra alma,
Extiende el silencio que se abre en el señuelo
Y la figura del tiempo es el órgano extrayéndose su inexistencia
No habrá preguntas que nos liberen de los espejismos
Mira bien: una tregua se deshizo, al cruzar el corazón, la puerta prohibida.
La luz hace una cruz en nuestra frente
y nos proyecta
en la antítesis de una ruleta.
Tengo miedo
Tú eres la magia
que respira en la negra cacofonía
de una marioneta sin cuerdas