Ella es un viento impetuoso que no se está quieto,
Ella es mi ángel, mi amiga, sol y luna, es mi madre,
La que hace varios años también ha sido padre,
Dándonos cariño e inculcándonos respeto:
Su corazón tierno de bondad está repleto,
No he encontrado amor que a mi alma tanto taladre,
Pues con su sincera entrega hace que todo cuadre:
Hacer de mí, un hombre de bien, ha sido su objeto:
Me entregó su juventud, y me acunó en sus faldas,
Mi deber es honrarla. A sus cabellos de nieve,
A su alma de diamante y sus ojos de esmeraldas:
Tu amor madre mía, es amor incondicional,
Espero poder mostrarme, siempre agradecido,
Y no pagarle mal, al cariño maternal.