Es la débil tarde que pasa y arde;
lejos y sin vida, solo ahí.
Y el vodka que raspa mi garganta,
y repasa en mi mente que en ti piensa
pues este trémulo crepúsculo me pide y
más reside en tus labios;
tus labios rojos, desgastados,
por besar otros labios tan acorazados.