(Managua, 26 de junio de 1994)
Este es un vacío de escritos,
de ausencia de signos.
Es un andar en el mismo ladrillo
lullido por los años.
Una y otra y otra vez
por el mismo ladrillo,
por el mismo camino,
en el mismo sueño;
con un mismo despertar
y un mismo anhelo.
Este vacío que no se llena de cuerpos,
sino de ilusiones, de versos,
de risas ajenas, de una felicidad fabricada…
porque no he podido verte.