AZULEJO
Constatando las lágrimas
que he escurrido por mi cuerpo,
dejadeces huérfanas de abrigo,
duro,
obstinado,
escéptico,
palabra de rayo,
escudriña
la humedad que pende del silencio
decidido por la mudez del agua.
Me roba el rostro derretido,
aclamado por brumosidades,
chorreando en su largura
hasta la inexpresividad de la loza.
Me saborea.
Me aguarda.
Me suda.
Me seduce
y rompo el himen del esmalte,
como la ligereza sesteante
de un inconcreto recuerdo.
Kabalcanty©1981