lindaestrella

Esa primera vez . . .

El llanto no pude evitar, temblaba, reía,

y al mismo tiempo mi cuerpo puro te entregaba,

mi corazón palpitaba fuerte de alegría,

torbellino, mi alma enamorada te adoraba.

 

 

Transcurrieron horas de entrega total y plena

arrasando cualquier sentimiento de tristeza

mi corazón y mi alma se unen a tu alma en pena

que la juventud nos ha arrancado con fiereza.  

 

 

Entre cuatro paredes, de pasión desbordada

mudos testigos fueron esas sábanas blancas

de aquella dulce y tierna inocencia que te daba.

 

 

 El tiempo se detuvo, los relojes pararon

fueron instantes en que abandonamos el mundo

y por primera vez, las campanas repicaron.