Madre, no puedo perdonarme mi tardanza
Pero poco a poco el dolor me alcanza
Más ya no puedo retrasar mis lágrimas que un día
Se quedaron trabadas en mi duelo tardío a tu partida.
Madre, siempre supe que me entenderías
Y que verme llorar nunca querías
Pero estoy desesperado en desconsuelo
Y aunque quiera ser fuerte ya no puedo.
Parece que fue ayer, triste recuerdo
Cuando escuche una voz que en un lamento
Me dijo que tu luz se había apagado
Y me quede perplejo; a no tenerte no estaba preparado
Y no quise aceptarlo; me negaba a perder lo más querido
Mi corazón cayó; se cerró a la verdad, a lo sucedido
Negándole a mi alma ese consuelo, de llorarte a mis anchas
Mi llorar es sombrío, en un duelo tardío que ahora me alcanza
Ahora siento consuelo; después de tantos años sin un duelo
Creo que le puse un cierre a tu partida
Porque aunque no estés viva
Estas mucho mejor allá en el cielo…