Siento renacer por dentro,
- y apenas son sólo segundos-,
cuando a tu encuentro me apresuro,
sin necedad ni mesura;
cuando tu mirada es luz cálida,
que ilumina apenas unos instantes de vida;
cuando intangible, mi corazón se acelera
y mis sentidos se desbordan;
cuando sin intención alguna,
conecto con hondos sentimientos.
Siento morir por dentro,
- y un dolor lacerante se atora -,
cuando tu viva mirada me habla,
en despedida sumisa e infiltrada;
entre deseos y sueños,
de aquellos que ambos soñamos despiertos.
MARTA DORESTE