Debajo de un frondoso árbol se hallaba un hada llorando
Cada lágrima que caía en la tierra se convertía en flor.
¿Por qué lloras?... le pregunto un pequeño duendecillo que la vio.
Ella entre sollozos le dijo: he perdido el rastro de la luna y sin ella no puedo llegar a mi casa, no te preocupes yo te acompaño le contesto este, dame la dirección donde vives y con gusto te llevo
El hada de nuevo comenzó a llorar.
¿Qué, que pasa?... tartamudeo el duendecillo, no me acuerdo de la dirección al verla así, el pequeño amigo se quedo con ella un buen rato luego se despidió sin poder ayudarla.
El hada se quedo dormida al despertar en la mañana vio que estaba en su casa
Sorprendida dijo:
¡Como llegue!
Las otras amigas que la observaban le dijeron: la luna al ver que no la seguías regreso a buscarte y te trajo dormida entre sus brazos de luz.
El hada sonrió y una mariposa salió de su capullo dejándose balancear entre las flores.
Fin