Niña, mujer, amante…
Madre, esposa, amiga…
Cual marfil, cual diamante,
La razón de nuestra vida.
Hermosa como carmín perlado,
Creación divina, una flor…
Del hombre lo más amado,
Por sus ojos llenos de candor.
Mujer ser preciado y bello,
Mujer que lo entregas todo,
Dueña de las nubes del cielo,
Y de este hombre que es tan poco…
Dulzura brota de tus poros,
Manjar de sueños son tus labios,
Parte de mi corazón tan solo,
Ama y señora de mis años.
Distante cuando estas más cerca,
Tan propia en tu porte sesgado,
Tallando tú nombre en mis penas,
Llenando mi piel con tus manos.
Mi tierno beso de otoño,
Mi calma hecha canción,
Cariño de ninfa que añoro…
Palabra que en este verso doy.
Mujer hecha de flores,
De pies perfumados y suaves,
Mujer que quita mis dolores,
Con tu voz que son mil aves…
Aves que vuelan alrededor de mí,
Por sentirte tan pegada a mis sueños,
Sueños que no nacen sino por ti,
Por sentirte presa de mis anhelos.
Y... así mujer te deseo en ilusiones,
Como el sosiego se planta inerte,
Para desnudarte en mis canciones,
Y en el deseo de volver a verte.
Porque tu perfume es indescriptible,
Y tus caricias son dolor boreal,
Tus cabellos, lo más sublime…
Y tú… eres todo en mi soledad.