Mi jardín permaneció un tiempo sombrío
Escondido involuntario, de los rayos del sol
Y aunque hoy resurge, en un nuevo brío,
Fundió su paciencia, como en un gran crisol…
Hoy la bruma y las sombras, iniciaron su partida
Hacia un sendero lejano, sin prometer regresar
Dejando el paisaje vacante, a una luz colorida
Que cubre todo al instante, como si fuera al azar…
Y en lo sublime del ocaso, -como si fuera su guarida-
Se asoma mi linda amiga, -siguiendo fiel mis escritos-
Con tierna sonrisa y hermosa mirada, -jamás desapercibida-
Es quien les da vida, -evitando que sean consumidos-
Hoy estoy de vuelta, prometiendo no asustar más
Agradeciendo tu atención, tú espera, tu esperanza
Por ello te mando un beso, que de ti, no se irá jamás;
Pues mi recuerdo será en tu oído, como una dulce alabanza…
Arturo Domínguez.- Derechos Reservados- 2013