Cuando la magia de tu mirada
se haya perdido
cuando el sol pierda su calor
y tu voz no encienda mi cariño,
la sombra cubra tu saber,
sabre esperar tu llegada.
Si la paciencia se acaba,
los recuerdos no se olvidan.
Cuando encuentre en mi alma
esas bendiciones tuyas
te acunaré alegre,
pensandote en tu llegada.
La puerta donde cruzabas
los claros días de invierno,
quedara abierta ahora
para rememorar tu recuerdo.