Con la inmensidad de su amor,
él me lleva al placer.
Con tan sólo mirarlo
se agiganta mi voz,
se extremece mi piel.
Es tan grande este amor,
es infinito el querer
que me niego a pensar
en la tristeza fatal
¡si lo vuelvo a perder!.
Tan inmenso su amor
tanto fuego y pasión
que nos cabe a los dos
a la hora de amar donde somos...
un volcán en erupción.
Ese hombre es mi amor
y yo soy su mujer
una brasa de fuego
que solo con mirarme
me hace arder de placer.
Es mi amor, un amor
con mil besos de miel,
apretado a mi boca
una chispa en efusión
que me lleva a querer.
Es mi amor bendición
que me colma de gozo,
ese amor mágico y divino
es la aprobación
que Dios me dio por esposo.