La muerte al acecho
Va junto a nosotros callada, sigilosa
Escondiéndose en los recovecos
En los pliegues de nuestras debilidades
Se alimenta del tiempo que vivimos
Nos vigila nos persigue…
A veces se hace notar…
A veces deambula en nuestras noches…
Siempre al acecho, siempre certera
Esperando el momento…su momento.
Nos estudia, nos analiza…
Conoce cada uno de nuestros movimientos…
De pronto cobra fuerza y con su mirada siniestra
Clavada en nuestra frágil humanidad, su guadaña.
Ataca…vence... domina y reina.
Siembra dolor, siembra pánico y desconsuelo.
Llega hecha una sombra
Y se va llevándose nuestra luz, nuestra vida…
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No porque dejan tus sentidos de funcionar has muerto
no porque tu voz se calla se callaran tus convicciones
vives Comandante hoy más que nunca
en nuestros corazones.
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Ya tú sembraste tiempos de lucha
Y se cosecharan tiempos de gloria.
Vivirás para siempre en el corazón del pueblo
Y en la memoria de todos los pueblos.