La vida nos pone a prueba tan seguido,
En cada esquina donde ambulamos,
En cada paso que hemos dado,
Y hasta en cada paso que daremos.
A veces nos apartamos de la gente,
Para pasar a solos duros tragos,
Nos dejamos llevar por el presente
Que nos hieren y lastiman sus estragos.
Parece que del dolor gozáramos,
Y que el egoísmo propio nos atrapa,
Nos da vergüenza mostrar las miserias,
Nos humilla la pena que nos agazapa.
Nos encerramos en la concha solitaria,
Y cuando al fin queremos de ella salir,
No nos deja la engrosada cruel agonía,
Y su calcárea prisión no nos deja vivir.
Depresión que retumba hasta los huesos,
Que entierra mi poca luz, hoy desconsuelo
Que entrahora conservaban mis deseos,
De llegar a buen fin en un mal arreglo.
Y el mal arreglo llegó a tal convenio,
Lo que no creí dolería más allá de un luto,
Que ya había pasado en más de año,
Y se abrió de nuevo la pena del sepulcro.
Duele aún saber que más se rompe,
El traste donde se moderaron cosas bellas,
El reloj que marco los buenos días,
El hogar que dio techo antiguas querellas.
Se sufre aún lo que no pensaría que me pasará
Dieciocho años derrumbados en una firma final,
Sepultados con un pedazo de papel de estraza,
En que la ley ampara mi nueva condición social.
Duele si más dejar el que fue de mis hijos su espacio,
El ya no verlos más al despertar y dar los buenos días,
El ya no arrullar a mi angelita de diez añitos tan despacio,
Tan lentamente retirarme de su cuarto y ver su sonrisa.
Me duele en estos aún momentos de mi vida,
Los errores que no vemos cuando corremos,
Los fracasos que no se evitaron en tal día.
Las rupturas y cicatrices que absorbe el alma.
La vida sique y sin embargo me he apartado,
Aún cuando la mejora para ambos era esa,
Decisión cruel y dura para encontrar una cura,
De lo que no podía ya continuarse más un paso.