(Managua, Escuela Politécnica, Agosto 26 1988)
En el viento pululan rumores
y tras las corrientes de un río,
se oyen los quejidos de lo que fue.
La tierra huele tras la lluvia,
la hierba es fresca y buena,
los pasos son más silenciosos;
sin embargo, el ayer grita a mi espalda.
Lo que un día pudo ser, no es.
El amor se rompe como cáscara que no se cierra nunca más.
–Nunca más.-
No vuelven los pasos por el mismo lugar.
El tiempo te deja vivir
y después te pasa la cuenta.
Lo que un día pudo ser ya no es
y el ayer grita a mi espalda.