A esa mujer
que vuela
con las alas
doloridas,
que le arrancaron
el aire
cuando se lo bebía
a esa mujer
descalza
que va derrochando
vida
que sobre
sus espaldas
la muerte
no la domina.
A esa mujer pequeña
de grandes alegrías
que pinta sueños
sobre ilusiones
vacías.
A esa mujer
relámpago
que enciende
estrellas
marchitas,
desviste rosas eternas
en primaveras
dormidas,
a esa mujer
que porta
en su piel
amor y fantasía
que se convierte
en torrente
de una cascada
de agua
que vibra,
que ama
eternamente
a su familia,
que va cultivando
paz
donde la guerra
germina.
A esa mujer valiente
que va pariendo
tristezas
aunque nadie
se las siente
van corriendo
por sus venas
pero sera esa
mujer,
la dueña de la tierra
entera
sin ella el mundo
no merecería
la pena.
Ana@ocaña