Veo todo en éste mar,
mas te veo a ti en éste todo,
allá donde se cruza la luz de la luna y la más reciente marea,
allá donde se interceptan mis impulsos entre el canto de una sirena,
veo todo en éste mar,
pues te siento libre en éste puerto de la paz.
Veo todo en éste mar,
tus cadencias sostenidas por el velero cerca de la isla de tus labios,
confundiendo al grito de las olas con el sonido del alma,
cotejando con la brújula donde fue a parar el destello de tu mirada,
veo todo en éste mar,
desde lo mas profundo de tu nostalgia hasta lo más cercano de tus ansias.
Veo todo en éste mar,
y te veo viajando entre cada estela de mi sentimiento,
unida en todo momento en mente, alma y cuerpo,
y por si fuera poco a la tinta de mis versos,
veo todo en éste mar, por más hondo y ancho que sea,
pues el amor todo lo llena,
desde que te veo toda en este mar.
Veo todo en éste mar,
aunque afirmes que nunca me has visto por ahí,
silente, perpetua, despierta e insistente, así sobreviven mis maneras en cada una de mis penas,
pues la razón si es sincera, se vuelve corazón,
veo todo en éste mar,
pues el mar me dice al oído que aún nos podemos encontrar,
pues el silencio siempre se une a la distancia sin más homenaje que una callada noche,
veo todo en éste mar,
desde una flor mojada hasta un poema distante,
pues veo todo en éste mar,
mientras busco la manera de volver a decirte que te amo:
Aquí sentado tomando un café en Larcomar…
Ricardo Felipe
Un soñador sin mucha estirpe
Poema escrito en el C.C. Larcomar de Lima