A veces hay que mirar al otro lado del río,
y darse cuenta que las costumbres son más ajenas
que
las
que
se
tienen
en
las
manos
y en ecos
cayéndose en un insomnio autista ...,
...
Decir y g r i t a r (¡silencio!)
y acabar...
l
e
t
a
l
m
e
n
t
e
camuflado en dolor ,
dar vuelta la página
y seguir la misma línea leída...,
cambiando los polos del lamento,
-lamentándose-
sentir que la luna está en el cielo por algo,
y no pensar que el sol mañana pueda apagarse...
-Lamentándose-
No hay que pensar tanto en la muerte
y hacer que la muerte pienso en uno...,
-Sonriéndose-
tampoco quitarle las sonrisas a la vida
y hacer que la vida de carcajadas sarcástica en uno...,
-sonriéndose-
ni muchos menos ser uno con la tristeza
y mentirse al camuflar desgano
con empatías ajenas que sacuden
-el cerebro-
y que vienen etiquetadas con letras senti-mental-mente amargas...,
¡¡¡para qué evidenciar el descaro de la noche
en frías latas tatuadas en la arena
cuando la mar suele vomitar cielo
y en ello barcazas oxidadas
de naufragos poetas...!
Sí la insolente costumbre del destino
decidió tatuar en mi pecho
una herida que no cierra
-unir lágrimas saladas
/Eternas/
con la fugaz expresión
del rostro aquejado
de una tormenta ácida en su boca...,
y digo: ¡Llora el cielo!
porque sus ríos duelen el dulce
síntoma de padecer mi sufrimiento;
y digo doler, porque esas gotas
quiebran mis sentidos,
y no es que me guste retorcerme,
sino que es el frío
quemando el músculo
inhibiendo mi tristeza en botellas
pasteurizada con el adiós
de sonreír
dramáticamente...
(Para que enjaular el poema en fechas...,
y para que tatuar-le un nombre; sí sé que es el mío,
y para qué hacerle recordar de dónde provino,
y para que poner símbolos de que mis manos solamente
lo pueden torcer y publicar, para qué?)
Sin derechos de autor, quién quiera llevárselo, ahí está...
Y saben algo? para hacer de esté Anti más digerible...
Diré: EL AMOR ES COMO UN SUICIDIO
QUE CUANDO QUEREMOS VIVIR,
SIEMPRE VOLVEMOS A LOS MISMOS VICIOS ASESINOS-
-Costumbre-
...