Angel Miguel

a esa dulce niña

aquella dama cuyo verso es poesía

aquellos labios que echando rosas me lastiman 

es el aroma que endereza mi armonía

es el incierto que se quema con mi vida

ella es la estrella

que Dios pone con pureza

ella es la más viva poesía

que no existe hasta que se reseque con mis días