La senda que camino en esta vida,
alguien dice, que al día la voy haciendo,
para otros un destino ya fijado,
sólo se, cada quien la experimenta.
La naturaleza de nuestro origen,
nos hace hermanos de cada experiencia,
cada quien vive y siente a su manera.
¿Habrá un juez que sancione todos mis actos?
¿Cuál es el de ti, que sancione los tuyos?
de nueva cuenta, respuesta es personal.
Desde niño, gusto tu disfraz, mujer,
los ojos del recuerdo, siempre miran,
campos de botones a mi alrededor,
hay flores, sin saber por qué, me acerco.
Sin ser el Maestro jardinero del jardín,
unas desvían su corola, otras no,
ambos, observador y la observada,
somos tan efímeros, como un grito.
Toqué tu terciopelo en mi juventud,
me doblabas en edad, sin embargo,
el alma que guardabas en ella, me habló,
te llevo permanente, en la libertad.
Los momentos así, en aquella tarde,
con amor los miro y agradecimiento,
por ser la primera flor que conocí,
tu sabías, yo ignoraba, ese instante.
Nunca supe, el regalo que tenías,
pedí consejo, se dio la respuesta,
el pasado fue, aprende, no hay regreso,
tengo hilos que me atan, ¿Cómo soltarlos?
Así como llegaste y te conocí,
el viaje por el campo, acerca flores,
sólo para mirar, algunas veces,
también sentir tu piel, entre mis dedos.
Y pruebo, a qué sabe néctar de mujer,
por una misteriosa sincronía,
llega música y palabra que dice,
"Te agradezco por todo lo que has hecho".
Nada de lo que me sucede hasta hoy,
ha sido por mi voluntad, no tengo,
las dos últimas noches en los sueños,
me mandas un mensaje, causa ansiedad,
no lo entiendo, enséñame a despertar.
EL POETA DEL AMOR.