El hombre yace en lecho de dolor,
Ha perdido su fuerza y su vigor,
Ya su carne está pálida, está flácida,
Él quiere ver llegar la muerte plácida:
No quiere vivir, no tiene valor,
El dolor le abate, se baña en sudor,
Lazos de muerte roen de la vida
La esperanza, y se acerca su partida:
No puede librar su vida de muerte,
Está solo a un paso, esa es su suerte,
Llegará ese día caliginoso:
Ya está preparado, para morir,
Delante de su Dios ha de vivir,
En su mundo celestial y glorioso.